El proceso de votación electoral es una actividad que
moviliza a la familia, especialmente en Venezuela, durante los últimos años es
notoria la manera en que se involucran cada vez más en el proceso electoral.
Muchos de mis alumnos en la mayoría de las ocasiones, me
preguntan antes de iniciar las clases cuál es mi tendencia política, lo que
genera una situación incómoda por provenir de una generación a quienes se nos
enseñó que los profesores debíamos mantener en lo posible una postura
imparcial, tampoco estamos acostumbrados a que un alumno nos pregunte eso pues
cuando fuimos alumnos nunca nos pasó por la mente preguntar a nuestros maestros
por quien iban a votar, sin embargo la temporada de elecciones es un buen
momento para explicar a nuestros hijos e hijas lo importante de poder decidir y
aprovechar también para conversar sobre algunos valores que se refuerzan en las
votaciones, sobre todo cuando las mismas son llevadas a cabo de manera adecuada.
En primer lugar es importante hacer saber que una votación es
la manera más inteligente de poder elegir y resolver un problema evitando conflictos.
En las votaciones todas las personas tienen derecho a emitir su opinión, a
expresar sus ideas y a que las mismas se tomen en cuenta; cuando un grupo de
personas piensa de la misma forma, las votaciones les permiten agruparse y
apoyarse mutuamente.
Al mismo tiempo en una votación, a pesar de generarse una
opinión mayoritaria, siempre existen ideas distintas que no pueden olvidarse,
es decir aunque una forma de pensar supere a otra, la que forma parte de la
minoría debe ser tomada en cuenta, pues está expresando también una idea que en
algún momento puede cambiar la tendencia y ser mayoría.
Puede aprovecharse el momento para explicar que no siempre
gana una misma opinión y que dependiendo de las circunstancias, las cosas que
hoy me parecen importantes o valederas, pueden cambiar a los largo del tiempo, así
que si cuando soy pequeño me encanta el helado de chocolate, probablemente al
hacerme un poco mayor me guste el helado de maní, es decir las opiniones pueden
variar y en otras ocasiones pueden llegar a ser mayoría.
Aunque los niños no votan en las elecciones presidenciales, permítales
expresar su opinión sobre lo que piensan de los candidatos, bríndeles la
oportunidad de investigar y de argumentar sus respuestas sobre lo que
consideran correcto, respete sus opiniones, el permitirles expresarse y
argumentar sus ideas ayudará a reforzar su autoestima, su capacidad de decisión,
su habilidad verbal, su razonamiento y les permitirá ir creciendo siendo
mejores ciudadanos.
Es muy importante que si va a contradecir lo que opinan, lo
haga de manera reflexiva, sin criticarlo, sin discutir, solo exponiendo sus
ideas, así se enseñan también los valores de tolerancia, respeto, aceptación y
participación.
Disfruten de las respuestas que sus hijos e hijas puedan
darles, regístrenlas por escrito, esos recuerdos son los que más adelante les
permitirán reír con nostalgia de las ocurrencias más increíbles que solo los
seres humanos cuando somos niños somos capaces de lograr.
Por último acudan a votar, enseñemos a nuestros niños y niñas
que los adultos de su familia están preocupados por lograr para ellos lo mejor,
de esta manera también en nuestro ejemplo, ellos se apoyarán para ser mejores personas.
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