martes, 15 de enero de 2013

RELACIONES ENTRE PADRES Y EDUCADORES



Al consultorio en diversas ocasiones me llegan quejas de madres o padres con respecto a la educación que brindan a sus hijos o a las actitudes que suelen tomar algunos educadores dentro del salón de clases; de la misma  manera me hacen llegar los docentes comentarios acerca de la poca receptividad de los padres y la falta de preocupación observada en el seguimiento de los deberes escolares.
Debemos dejar claro en primer lugar los espacios en los que se desenvuelve el educando: en la escuela, junto a sus compañeros y bajo la autoridad de sus maestros y por otro lado su casa, donde existe una relación de fraternidad con los hermanos y la figura de autoridad son los padres, hacia quienes se tienen sentimientos diferentes a los del educador.
Tomando en cuenta esta premisa, el docente no puede pretender que los padres se conviertan en educadores y por supuesto los padres no deben exigir que los docentes se conviertan en padres de los niños, existen actividades, comportamientos y condiciones bien delimitadas en ambos espacios y en la emocionalidad que implica el desempeño en cada uno de ellos.
En la escuela el docente debe ser claro y conciso en las normas que se han de cumplir, debe ser afectivo con sus alumnos con el límite de que este afecto no sobrepase la confianza, ni cree dependencia del mismo, el trato del docente hacia el alumno debe ser respetuoso, sin mensajes de doble sentido, sin actitudes que puedan favorecer mas adelante la conducta abusiva por parte del alumno. Hay docentes que desean convertirse en amigos de sus alumnos, pretenden jugarse con ellos poniéndose a su mismo nivel y esto no es conveniente para el logro de la disciplina dentro del salón de clases. El docente debe así mismo conocer las actividades y situaciones que acompañarán a sus alumnos en el tiempo en el que no permanece en la escuela de manera de poder adaptar la realización de deberes y asignaciones de la casa a los posibles inconvenientes que el niño posea: por ejemplo si el educador sabe que la mayoría de sus alumnos no tienen impresoras en sus casas, no debería asignar la realización de un trabajo impreso o si los alumnos viven distantes unos de otros, asignar un trabajo en equipo y no dar la oportunidad de reunirse dentro del salón de clases, pudiera ser una actividad que cree situaciones difíciles incluso en el grupo familiar.
En la casa los padres deben velar por brindar al educando la satisfacción de sus necesidades básicas y facilitarles la realización de sus deberes, proporcionando el material que requiere para ello y orientándolo en caso de tener dudas.
Es importante es que tanto padres, como maestros, eviten descalificar al otro delante del niño o niña, para ellos sus padres y sus maestros son importantes, hablar mal de cualquiera puede afectarlos significativamente.
Finalmente lo mas relevante es mantener una comunicación fluida y equilibrada entre educadores y representantes, para evitar malos entendidos y poder trabajar juntos en función de la formación integral de sus hijos y/o alumnos, de manra que la misma sea mas eficiente y con los resultados favorables que todos esperamos.